Mateo el Evangelista

apóstol de Jesús y evangelista
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Mateo el Evangelista, en hebreo מתיו הקדוש (también conocido como Mateo Leví, Leví de Alfeo o Mateo el Apóstol), fue uno de los doce apóstoles elegidos por Jesús de Nazaret. La tradición cristiana y la mayoría de documentos primarios históricos escritos en el mismo siglo, le atribuyen la autoría del Evangelio de Mateo, escrito originalmente en arameo.[1]​ Alguna crítica secundaria actual relativiza esta atribución, al menos respecto al texto que nos ha llegado como tal,[2][3]​ pero más probablemente el libro de Mateo fue compilado por el apóstol unos años después de dichos sucesos usando notas escritas en arameo.[4]

Mateo el Evangelista

La inspiración de San Mateo, por Caravaggio
Información personal
Nombre en hebreo‏מַתִּתְיָהוּ‏‎ Ver y modificar los datos en Wikidata
NacimientoSiglo I,
Judea
Fallecimiento74,
Etiopía
Causa de muerteDecapitación Ver y modificar los datos en Wikidata
ResidenciaCafarnaúm Ver y modificar los datos en Wikidata
ReligiónCristianismo Ver y modificar los datos en Wikidata
Familia
PadreAlfeo Ver y modificar los datos en Wikidata
Educación
Alumno deJesús de Nazaret Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
OcupaciónRecaudador de impuestos, presbítero y publicano Ver y modificar los datos en Wikidata
Cargos ocupadosApóstol Ver y modificar los datos en Wikidata
Información religiosa
Festividad21 de septiembre rito romano
16 de noviembre rito bizantino
AtributosLibro, figura humana, Ángel
Venerado enIglesia ortodoxa, Iglesia católica, Iglesia copta
PatronazgoSalerno, Monzón (Huesca), Alcalá de Guadaíra, L'Ametlla de Merola
SantuarioCatedral de Salerno

Etimológicamente, el nombre español Mateo proviene del griego Mathaios (Ματθαιος) y este, del arameo Mattai, una forma corta del hebreo MattanYah, que significa "don de Yah" (forma corta de Yahveh), es decir, ‘don de Dios’.

Fuentes bíblicas

Mateo está citado en los Evangelios como Leví, hijo de Alfeo y Cleofás, publicano y recaudador de impuestos en Cafarnaúm (Mateo 9,9, Marcos 2,14, Lucas 5,27-29). Existen pequeñas diferencias en el tratamiento que dan a Mateo los distintos Evangelios.

En el Evangelio de Lucas se le llama Leví. En el de Marcos se le da el nombre de Mateo en la lista de los apóstoles, pero se le llama Leví cuando se relata la historia de su vocación. Según los tres sinópticos, lo dejó todo cuando le llamó Jesús. Ese mismo día hizo una gran fiesta a la que asistieron Jesús y sus discípulos.

Se menciona en los Hechos de los Apóstoles, aunque apenas se ofrece información sobre él (Hechos 1,13). Es también uno de los pocos discípulos mencionados por su nombre en el Evangelio de Tomás.

Según Eusebio de Cesarea, predicó durante quince años en Judea, donde escribió su Evangelio hacia el año 80. Según Rufino, después se marchó a Etiopía.

Algunas tradiciones afirman que fue martirizado en Etiopía.

En cambio, de acuerdo con Epifanio de Salamis (obispo de Chipre), Mateo murió en Hierápolis (en Partia) y quien sufrió martirio en Etiopía habría sido Matías, el sustituto de Judas Iscariote.

Mateo es considerado santo por todas las confesiones cristianas que admiten esta distinción. La Iglesia católica celebra su fiesta el 21 de septiembre y la ortodoxa el 16 de septiembre. Según la tradición, sus restos se conservan en Salerno (Italia).

Atribución del Evangelio de Mateo

La tradición cristiana atribuye a Mateo la autoría del Evangelio de Mateo, que lleva su nombre (kata Mathaion: ‘de Mateo’ o ‘según Mateo’). El primer autor conocido en establecer esta atribución fue Papías, quien, hacia 110 o 120, en un texto citado por Eusebio de Cesarea, dice: «Mateo [...] recogió en orden los logia en dialecto hebreo y cada cual los interpretó como podía» (Historia eclesiástica, III, 39,16). El término logia no significaba necesariamente un evangelio: podía tratarse simplemente de una colección de máximas. De acuerdo con esta información, algunos antiguos autores cristianos consideraron a Mateo autor de un primer evangelio, escrito en arameo, lengua vernácula de Palestina en el siglo I y su traducción al griego sería el texto ahora conocido como Evangelio de Mateo. Ireneo de Lyon, Clemente de Alejandría, Eusebio de Cesarea, Orígenes y Jerónimo de Estridón consideraron al apóstol Mateo autor de este evangelio.

Mateo, después de haber predicado a los hebreos, publicó también en su lengua un escrito evangélico, mientras que Pedro y Pablo predicaban en Roma y fundaban la Iglesia.

El primitivo original semítico se ha perdido, aunque varios autores antiguos lo citan; pareció basarse en los dichos de Jesucristo y lo utilizó Mateo para su propia predicación. La Iglesia utilizó con carácter oficial canónico el nuevo texto griego, aparentemente traducido por el mismo Mateo. El Evangelio de Mateo es el Evangelio eclesiástico por excelencia, no solo por ser el más utilizado por la tradición primitiva de la Iglesia, sino porque en su estructura y en su formulación encarna una preocupación eclesial apologética vivida en las primeras generaciones cristianas.

El objetivo del Evangelio está claro desde su redacción original: dar testimonio a los judíos de que en Jesucristo se cumplen todas las profecías del Antiguo Testamento relativas al Mesías.

Cada vez más, los críticos descartan la teoría de que se escribió después del Evangelio de San Marcos, ya que este contiene muchos detalles que Mateo no cita.

Estatua de San Mateo en el frontis de la Catedral de Lima

Iconografía

Al igual que los otros evangelistas, Mateo aparece a menudo en el arte cristiano. Su atributo particular es un hombre alado, en alusión al tetramorfos del profeta Ezequiel (Ez 1,10; cf. Ap 4,7) tan común en la representación de los evangelistas. Destacan sobre todo las pinturas realizadas por Caravaggio para la iglesia de San Luis de los Franceses (Capilla Contarelli), en Roma.

Referencias