Canción (trovador)

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La canción o cançó es un género trovadoresco condicionado por el contenido. La cançó es una composición propia de la literatura provenzal medieval; destinada al canto, en ella el trovador se dirigía a su dama para expresarle su amor.

Juglares en las Cantigas de Alfonso X el Sabio.

Su pasión amorosa cumplía todas las leyes del amor cortés, desde la total sumisión a la dama hasta el tópico de morir de amor. La dama se describía como un ser casi sobrenatural, perfecto en el orden moral y físico. El trovador, que se consideraba indigno de su dama, podía ser un simple suspirante (fenhedor en occitano), o haber ascendido en la escala del proceso amoroso a las fases de suplicante (pregador), enamorado (entendedor), o incluso al difícilmente alcanzable estado de amante correspondido (drutz). El que padece de amor ha de guardar sobre todo la virtud de la mesura: discreción, humildad, fidelidad y servicio permanente a su señora.

La cançó provenzal acostumbraba empezar con un canto a la primavera o con una notas descriptivas de la estación propicia al amor, que servían de introducción. La composición se desarrollaba en varias estrofas, en las que el trovador exponía sus contradictorios sentimientos y elogiaba las virtudes físicas y morales de su dama.

La mesura le impedía pronunciar el nombre de la señora, y lo sustituía por un seudónimo poético o senhal. Los sentidos encubiertos, los juegos de palabras, el artificio conceptista eran frecuentes, con lo que la composición resultaba a veces de difícil comprensión.

Aspectos generales

Ercole de' Roberti, 1490.

Los trovadores expresaban sus sentimientos a través de la composición denominada "canción". Su tema principal, y casi exclusivo, era el amor: el amor cortés que participaba en los aspectos sociales y espirituales de la época medieval.

Así, el amor tiene el mismo significado que en la época actual, pero también tiene un significado añadido: el de alianza (pacto, favor), es decir, el trovador intentará conseguir a través de su relación algún tipo de trato beneficioso en el aspecto material.

También hay que tener presente el adjetivo "cortés". Cortesía es el término que designa la conducta y la posición del hombre que vive en la corte y que, por una educación especial, se convierte en modelo del ideal humano de refinamiento y valores espirituales. El trovador, como personaje cortesano, participaba en estas características que, entre otras, son la lealtad, la generosidad, la valentía, el trato elegante, etc.

Ampliando estas dos ideas (amor y cortesía), hay que constatar que las relaciones jurídicas feudales se utilizan en la canción:

  • La mujer está casada, ya que sólo así consigue categoría jurídica.
  • A menudo se habla de midons ("mi señor") y el trovador se define a sí mismo como om/hom (uno). De esta forma se reproduce la situación propia del vasallazgo.
  • Muchas veces se establece una doble relación amorosa y social. Es decir, no se busca únicamente la consecución del amor sino una relación en la que dama, directamente o intercediendo por él, pueda concederle valores materiales. De hecho, con frecuencia, el trovador habla de su señora casi como una obligación, lo que es aceptado por el marido como algo natural.

Sea como sea, la dama suele ser inaccesible y el trovador tendrá que hacer méritos para ponderar las virtudes de la dama y la perfección de su amor para conseguir así el premio.

En este proceso se encuentran una serie de conceptos importantes, propios de una educación cortesana, como puedes ser la generosidad moral frente a la avaricia. Un término utilizado con bastante frecuencia es el de Joi-terme de difícil traducción que se corresponde con una especie de alegría, de exaltación interior, asociada a menudo con la primavera o a la presencia o el recuerdo de la dama.

Personajes

El amor del trovador exige discreción ya que la mujer a la que se canta está casada. Los personajes que intervienen normalmente, además del trovador, son:

  • El gilós (marido) del que hay que evitar las sorpresas y las iras.
  • Los lauzengiers (aduladores, calumniadores) que con tal de hacer méritos están dispuesto a contar la infidelidad de su señora.

Para no descubrir sus amores, el trovador designa a su dama con una senhal (pseudónimo) que suele aparecer al final del poema.

Tipos de enamorados respecto a la dama

Representación de la famosa escena del balcón de Romeo y Julieta. Pintura de 1884, por Frank Dicksee.

Aunque no suelen aparecer de forma explícita, en las canciones de trovadores suele aparecer una gradación en la actitud y en las características del enamorado que no están muy alejadas del proceso amoroso actual:

  • Fenhedor (tímido): no se atreve a dirigirse directamente a la dama.
  • Pregador (suplicante): la dama le da ánimos para que exprese su amor.
  • Entendedor (enamorado tolerante): la dama le entrega prendas de amor.
  • Drutz (amigo, amante): completamente aceptado por la dama (esta situación se da pocas veces en la literatura, aunque es el personaje principal del Alba).

En buena parte de las canciones los trovadores se sitúan en el primer estadio y sólo son capaces de manifestar lo que siente por la dama a través del juglar. El trovador espera un pequeño reconocimiento por parte de la dama que puede proceder de una mirada, una palabra u otro gesto insignificante. Es posible que esto sea únicamente una estrategia para desviar la atención del marido o de otros personajes, que consienten esta situación y que incluso la consideran gratificante. Algunos maridos se sienten orgullosos de que su esposa o señora sea alabada por otros pero jamás aceptarían que su esposa tuviera un drutz.

Ejemplo

Guillermo de Cabestany, el trovador al que se le atribuye una de las biografías más repetidas y tristes de todos los tiempos, tiene también una de las canciones más bellas y conocidas de la lírica trovadoresca en la que muestra su total dedicación a la dama que le tiene preso de amor:

ILo dous cossireque.m don'Amors soven,dona, .m fai direde vos maynh ver plazen.Pessan remirevostre cors car e gen,cuy ieu deziremais que no fas parven.E sitot me desleyper vos, ges no.us abney,qu'ades vas vos sopleyab fina benevolensa.Dompn'en cuy beutatz gensa,maytans vetz oblit mey,qu'ieu lau vos e mercey.IITots temps m'azirel'amors que.us mi defens'ieu ja.l cor vireves autr'entendemen.Tout m'avetz riree donat pessamen:pus greu martirenulhs hom de mi no sen;quar vos qu'ieu plus enveyd'autra qu'el mon steydesautorc e mescreye dezam en parvensa:tot quan fas per temensadevetz em bona feypenre, neus quan no.us vey.IIIEn sovinensatenc la car'e.l dous ris,vostra velensae.l belh cors blanc e lis;s'ieu per crezensaestes vas Dieu tan fis,vius ses falhensaintrer'em paradis;qu'ayssi.m suy, ses totz cutz,de cor as vos rendutzqu'autra joy no m'adutz;q'una non porta bendaqu'ieu.n prezes per esmendajazer ni fos sos drutz,per las vostras salutz.IVTot jorn m'agensaI desirs, tan m'abelhisla captenensade vos cuy suy aclis.Be.m par que.m vensavostr'amors, qu'ans qu'ie.us visfo m'entendensaque.us ames e. us servis;qu'ayssi suy remazutssols, snes totz ajutzab vos, e n'ai perdutzmayns dos: qui.s vuelha.ls prenda!Qu'a mi platz mais qu'atenda,ses totz covens saubutz,vos don m'es jois vengutz.VAns que s'ensendasobre.l cor la dolors,merces dissendaen vos, don', et Amors:jois vos mi rendae.m luenh sospirs e plors,no.us mi defendaparatges ni ricors;qu'oblidatz m'es tot bess'ab vos no.m val merces.Ai, bella doussa res,molt fora gran franquezas'al prim que.us ayc enquezam'amessetz, o non ges,qu'eras no sai cum s'es.VINon truep contendacontra vostras valors;merces vo.n prendatals qu'a vos si'honors.Ja no m'entendaDieus mest sos preycadorss'ieu vuelh la rendadels quatre reys majorsper qu'ab vos no.m valguesmerces e bona fes;quar partir no.m puesc gesde vos, en cuy s'es mezan'amors, e si fos prezaem baizan, ni us plagues,ja no volgra.m solses.VIIAnc res qu'a vos plagues,franca dompn'e corteza,no m'estet tan defezaqu'ieu ans non la fezesque d'als me sovengues.VIIIEn Raimon, la belhezae.l bes qu'en midons esm'a gen lassat e pres.
ILa dulce ansiaque me da el amor a menudo,mujer, me hace decirde vos muchos versos agradables.Pensando contemplovuestro cuerpo amado y gentil,el cual deseomas no hago evidente.Y aunque me desencaminopor vos, no reniego de vos,que siempre os suplicocon amor fiel.Señora en quien la belleza brilla,muchas veces me olvido de mí,cuando os alabo y os pido.IIQue siempre me detesteel amor que os prohíbe a mísi alguna vez el corazón desvíohacia otro afecto.Me habéis tomado la sonrisay dado pesar:más grave martirioningún hombre siente;porque yo más anheloque a ninguna otra cosa que en el mundo estérehúso e ignoroy maltrato en apariencia;todo lo que hago por temory de buena fede tener, incluso cuando no os veo.IIIEn la memoriatengo la cara y la dulce sonrisa,vuestro valory el hermoso cuerpo blanco y liso;si en mi creenciafuera tan fiel a Dios,vivo sin dudaentraría en el paraíso;que así estoyde todo corazón rendidoque otra no me da gozo;que a ninguna otra de las más señorialesyo no le pediríayacer ni ser su amantea cambio de un saludo vuestro.IVTodo el día sientoel deseo, tanto me gustael encantamientode vos al que estoy sometido.Bien me parece que me vencevuestro amor, que antes que os vieraera mi pensamientoamaros y serviros;así he estadosol, sin ninguna ayudacon vos, y he perdidomuchos favores: ¡Quién quiera que los tome!Que a mí me place más esperaros,sin ningún acuerdo conocidoya que de vos me ha venido el gozo.VAntes de que se enciendasobre el corazón el dolor,gracias desciendanen vos, señora, y Amor:que el gozo a vos se librey me aleje de suspiros y llantos,no os separen de mínobleza ni riqueza;que se me olvida todo biensi con vos no encuentro acogida.Ah, bella y dulce criatura,sería una gran bondadsi la primera vez que os solicitéme hubierais amado mucho o nada,porque ahora no sé donde estoy.VINo encuentro armascontra vuestros poderes;piedad os pidode tal forma que sea honorable.Que no me escucheDios entre los que ruegansi yo quiero la rentade los cuatro reyes mayoresa cambio que con vos no me valganni la piedad ni la buena fe;ya que no me puedo alejar de ningún modode vos, en quien he puestomi amor, y si fuera aceptadobesando, y os gustara,nunca me querría libre.VIINunca nada que a vos os apetezca,franca y cortés señora,no me será prohibidoque no me apresure en hacerlosin pensar en otra cosa.VIIIRaimón, la bellezay el bien que hay en mi damame tiene gentilmente atado y preso.

Nota: La información para la realización del artículo original en catalán ha sido extraída de Els trobadors catalans con su autorización.