Thelephora terrestris

Thelephora terrestris, comúnmente conocida com teléfora terrestre, es una especie incomestible de hongo de la división Basidiomycota.[1]

 
Thelephora terrestris
Taxonomía
Reino:Fungi
División:Basidiomycota
Clase:Agaricomycetes
Orden:Thelephorales
Familia:Thelephoraceae
Género:Thelephora
Especie:T. terrestris
Ehrh. (1787)

Historia y taxonomía

Esta especie de hongo fue descrita por primera vez por Jakob Friedrich Ehrhart.[2]

Hábitat y ecología

Se puede encontrar en todas las regiones de América del Norte y Europa.[2]​ Aunque se puede encontrar sobre el suelo, generalmente se encuentra en tierras arenosas bajo pinos, en raíces y en ramas.[3]

Cuando este hongo ectomicorrizo forma una relación simbiótica con pinos se crea micorriza.[4]​ Se encuentra normalmente en bosques de pino[5]​ así como en tierras de vivero de todo el mundo.[6]​ Una de las características de este hongo es que consigue agua y nutrientes a gran distancia,[7]​ adaptándose muy bien a tierras fértiles o muy fértiles.

Después de un suceso como un incendio es una especie que se reestablece muy rápido y tolera el estrés.[8]​ Además, es un hongo micorrizo dominador.[6]

Además de con especies de pino, es también capaz de formar micorriza con otros árboles como alisos, abedules, robles, helechos o chopos.[9]

El micovirus Thelephora terrestris virus 1 (TtV1) puede infectar a este hongo.[9]

Crecimiento y morfología

Thelephora terrestris está presente durante todo el año, si bien se le ve de forma más frecuente entre julio y diciembre. Cuando se forma el esporocarpo, su color es más claro para tornar a un marrón más oscuro cuando envejece. Puede tener o no un tallo, y de tenerlo es muy corto. A veces el hongo crece en colonias de gran tamaño.[3]​ Tiene forma de abanico y puede crecer hasta 6 cm de ancho.[3]​ Su olor recuerda a tierra mohosa.

La hifa de la micorriza forma muros que engrosan cuando envejece.[10]​ Cuándo se reproduce, la hifa forma fíbulas. Las esporas son de color morado-marrón y de forma elipsoidal o angular.

Fisiología

El ciclo de vida completo se puede observar en el laboratorio, tanto en forma de ectomicorriza como de hongo.[11]

Debido a las micotoxinas que produce el hongo, protege a pinos del patógeno de raíz Phytophthora cinnamomi.[6]

Galería de imágenes

Referencias